Tú

Me gusta observarte mientras duermes, ¿sabes? Te contemplo, te analizo detenidamente: tu pelo suave, tus preciosos ojos cerrados, tus carnosos labios, tu cuerpo moviéndose al ritmo de una pesada respiración. Me vienen a la cabeza imágenes, momentos “perfectos” que hemos pasado juntos, tú y yo, y una pequeña sonrisa de felicidad asoma a mis labios. Necesito tocar tu piel, me acerco a ti y paso mi mano por tu pecho. Me estremezco con el contacto, me gustaría estar así siempre, es una sensación inexplicable, maravillosa. Apoyo mi cabeza en tu cuerpo y cierro los ojos, noto como tu brazo se posa en mi cintura, un movimiento reflejo, porque sin duda tú sigues durmiendo. Abro los ojos y levanto la cabeza, sigo mirándote, tus facciones están relajadas, en calma, quizás estés soñando conmigo…un viaje lejano, los dos cogidos de la mano paseando por una playa desierta…quizás…No puedo evitar acercar mi rostro al tuyo, acercar mis labios a los tuyos, los rozo y beso dulcemente, te beso y un escalofrío recorre mi cuerpo. Siento como mi corazón se acelera, necesito sentir el tuyo, apoyo mi mano en tu pecho e intento notarlo bien cerca de mi…late al ritmo de la respiración, tranquila, pausadamente….Y así, sin más, de mi boca brotan dos palabras, dos susurros….Te quiero…

Estas palabras te las escribí hace 9 años, llevábamos poquitos meses juntos y tenía necesidad de plasmar en papel lo que me hacías sentir.

Hoy lo recupero para regalártelo para tu cumpleaños.

Felicidades mi amor.

Te quiero, siempre. Y lo sabes.